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Las tortillas de maíz recién hechas tienen un sabor y suavidad inigualables, pero si no se almacenan bien, se secan o endurecen rápidamente. Saber cómo conservarlas correctamente puede marcar la diferencia entre una tortilla que se siente como recién salida del comal y una que termina en la basura.
Lo más importante es mantenerlas alejadas del aire y la humedad. Una vez frías, deben envolverse en un paño de cocina limpio o servilletas de tela, y colocarse dentro de una bolsa de plástico con cierre. Si son muchas, lo ideal es dividirlas en porciones pequeñas para sacar solo lo que vas a consumir cada vez, evitando abrir y cerrar el paquete completo constantemente.
Para consumo dentro de uno o dos días, basta con dejarlas bien envueltas en refrigeración. Al recalentarlas, colócalas en un comal o sartén caliente unos segundos por cada lado. Así recuperan su flexibilidad sin necesidad de microondas, que puede resecar el maíz.
Si compraste en mayor cantidad, puedes congelarlas sin problema. Solo asegúrate de separarlas con papel encerado o plástico entre cada una antes de guardarlas en el congelador. Esto evita que se peguen y facilita tomar solo las que necesites.
Al elegir tortillas frescas y bien nixtamalizadas, también estás ayudando a prolongar su buena textura. En Ciudad Juárez, Tortillería La Bufa ofrece tortillas hechas con procesos tradicionales que mantienen su sabor por más tiempo, ideales para conservar en casa sin sacrificar calidad.
Con estos simples cuidados, tus tortillas se mantendrán listas para acompañar tus comidas sin perder el sabor que las hace únicas.